Todos buscamos, en mayor o menor
medida, tener éxito.
Pero…¿qué significa éxito para
ti?
¿Y si los has logrado, te ha
hecho feliz?
¿Por cuánto tiempo?
Podemos tener mucho éxito y ser
infelices.
Podemos ser muy felices, aunque
desde el punto de vista de la mayoría de la gente, no seamos exitosos.
El diccionario nos dice que tener
éxito, es lograr el resultado que deseamos.
Pero nuestra cultura, la
occidental, ha utilizado la palabra éxito, casi como sinónimo de poder y de
grandes logros económicos y sociales, es decir, de ser alguien que "vale
la pena" en esta vida.
Así, una palabra que se usaba
para ver qué tan productivos eran los negocios, se usa actualmente para
calificar la calidad de nuestra vida.
Esta forma de ver el éxito
provoca algunos problemas importantes:
A partir de este enfoque, sólo le
damos importancia a los resultados y dejamos de disfrutar el proceso.
En lugar de centrar nuestra
atención y darle importancia a la manera de vivir cada momento del día, a
disfrutarlo, a estar conscientes de él, nos centramos únicamente en los
resultados que vamos o queremos obtener.
La búsqueda del éxito se vuelve
sumamente estresante.
Vivimos haciendo un esfuerzo
constante y tratando de alcanzar siempre una nueva meta que representa ese
éxito y que de alguna manera creemos, (equivocadamente), demuestra el tipo de
personas que somos.
Con frecuencia pagamos un precio
sumamente alto en salud, estrés, en el tiempo que sacrificamos de estar con la
familia o amigos, etc., por lograr algo que cuando lo alcanzamos, no nos da la
felicidad que esperábamos o dicha felicidad dura muy poco tiempo.
¿Y entonces qué?
Tenemos que ponernos una meta
mucho más alta y difícil de lograr, para que nos haga sentir, ante los demás o
incluso ante nosotros mismos, más importantes, poderosos y capaces
económicamente.
Lo utilizamos para demostrar
nuestro valor personal.
Este aspecto está relacionado con
el tipo de autoestima que tenemos.
Si nuestra autoestima es baja o
inflada, nos basamos en logros concretos, generalmente materiales y valorados
por los demás, para valorarnos a nosotros mismos.
El problema es que, cuando
tenemos esta creencia equivocada, siempre nos vamos a sentir mal, porque:
Por un lado, siempre hay gente
que tiene mucho más que nosotros, por lo que nunca sentimos que es suficiente.
Por el otro, lo que para unos es
"valioso", para otros no, por lo que vivimos enfocados en tratar de
complacer a mucha gente y cumplir con sus parámetros, lo cual es imposible y el
costo físico y emocional que pagamos, es enorme.
No tenemos claro lo que significa
éxito para nosotros, por lo que tratamos de alcanzar lo que otros han
calificado cómo tal.
Esto nos puede llevar,
fácilmente, a vivir rodeados de muchas cosas y de muchos logros, pero
totalmente insatisfechos y con frecuencia, ni siquiera conocemos la causa de
dicha insatisfacción.
Consideramos que éxito, riqueza
material y felicidad son lo mismo.
Por lo que, cuando logramos los
primeros dos y no el tercer elemento, podemos caer en una carrera interminable
por tener más y más, buscando una felicidad que no vamos a encontrar porque no
necesariamente van unidos.
fuente: crecimiento-y -bienestar- emocional.com

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