1- No te encierres en tu idea
inicial. Si necesitas invertir en nuevas líneas de negocio, házlo rápido
Kepa Apraiz, Kategora
“Tienes que ser consciente de que
tu idea inicial de negocio puede evolucionar y cambiar una vez te pongas en
marcha. Está claro que una idea es un elemento clave para arrancar, pero tienes
que ser flexible para cambiarla. No te encierres en la que tengas inicialmente.
Al principio, nosotros teníamos pensado salir con una línea de negocio [venta
de inmuebles en el extranjero] y la que al final se ha convertido en el negocio
principal [gestión patrimonial internacional] era una idea secundaria. Fue una
decisión difícil, pero cuando nos dimos cuenta de que era esta línea la que
tenía más potencial de negocio, invertimos en ella y, al final, ha sido la que
ha conseguido diferenciarnos en el mercado”.
2.- El estudio de mercado,
siempre en las oficinas de tus clientes
Raúl Arrabales, Comaware
“Cuando estás metido en una
incubadora, cuando te encuentras en las primeras fases de la empresa, en las
que te parece muy importante escribir un buen plan de negocio, te falta tocar a
los clientes, hablar con ellos para obtener esa información. El estudio de
mercado tiene que estar siempre en las oficinas de nuestros potenciales
clientes y, si es posible –que no es fácil–, en las de la competencia. Nosotros
pensábamos que teníamos una tecnología que interesaba a un nicho concreto, pero
nos encontramos con que gustaba, pero no la necesitaban”.
3.- Siéntate con un experto de tu
sector
Luis Monserrate, Homing
“Algo que nos habría ayudado
mucho es habernos sentado a hablar con alguien potente en la comercialización
de productos online, algún experto sectorial”.
4.- No subestimes a la gente que
conoces: te puede ayudar
(Berta Herrero, Atria Science)
“No minusvalores la cantidad de
gente que conoces y que te puede ayudar. La experiencia profesional previa es
siempre un valor añadido que hace que la idea de negocio se convierta en
empresa más rápidamente. Es un acelerador de la puesta en marcha del proyecto.
A veces es un factor muy positivo, otras genera también una perversión de los
conocimientos que adquieres, una forma tradicional de hacer, que a veces te frena
tu capacidad de innovación. Pero la experiencia profesional en el sector o en
áreas complementarias siempre te ofrece un punto de vista diferente. También
aporta una red de contactos, una mayor capacidad comercializadora, porque el
emprendedor, aparte de ser un buen gestor y técnico, tiene que ser un buen
comercial”.
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