1. Siga sus Corazonadas
La primera clave de la buena
suerte es tener la determinación para seguir nuestra intuición. Es una
capacidad muy difícil de desarrollar porque desde pequeños nos enseñan a
"jugar a lo seguro", y en busca de esta seguridad callamos la voz de
nuestro corazón.
Las personas con "buena
suerte" siguen sus corazonadas, mientras los desafortunados hacen a un
lado su propia intuición y luego se arrepienten de las decisiones que toman.
Este primer factor me hace
recordar una de las frases más populares de Steve Jobs:
"Tu tiempo está limitado. No
lo desprecies viviendo el sueño de otra persona. No te dejes arrastrar por los
dogmas, que es lo mismo que vivir con los resultados del pensamiento de otras
personas. No dejes que el ruido de las opiniones de otros ahoguen completamente
tu voz interior. Y más importante, ten el valor de seguir a tu corazón y a tu
intuición. Ellos, de algún modo, ya saben en lo que verdaderamente te quieres
convertir. Todo lo demás es secundario.”
2. Sea perseverante a pesar de
los fracasos
En segundo lugar, una persona con
buena suerte persevera sin importar que haya fracasado, y mejor aún, mantienen
el optimismo para reponerse del fracaso y creer que cosas buenas están por
venir.
Ser tolerante ante el fracaso es
una habilidad asociada a la inteligencia emocional, y es bueno desarrollarla
desde la infancia, aunque de grande también se puede trabajar en ella y lograr
excelentes resultados. No temas al fracaso, percibelo como algo natural e
inherente al éxito. Recuerda las sabías palabras de Napoleón Bonaparte:
“El triunfo no está en vencer
siempre, sino en nunca desanimarse”
3. Convierta la mala suerte en
buena suerte
Finalmente, el tercer factor que influencia
nuestra suerte es una capacidad conocida por los psicólogos como
"mentalidad de inversión", la cual consiste en poder imaginar al
instante que las cosas podrían haber sido mucho peores, pero que
afortunadamente no lo son.
En otras palabras, una persona
con buena suerte no siempre la tiene, sin embargo, ante una situación
desafortunada o de cambio, se prepara mentalmente para tomarla de una manera u
otra como algo positivo. "No hay mal que por bien no venga", dirían
nuestras abuelas.
Es curioso, pero hay personas que
tiene una mentalidad contraria, es decir, se les presentan oportunidades y
cambios que rechazan guiados por sus miedos y paradigmas, convirtiendo cosas
buenas en negativas.
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