Ser humilde significa valorar los triunfos, los fracasos, las virtudes y los defectos como lo que son. Se puede llegar al éxito sin ser humilde, pero ese tipo de personas generalmente suelen perder piso (como por ejemplo Hitler), porque no reconocen sus limitaciones y terminan cayendo ante ellas. En cambio el humilde logra aprovechar más los recursos que tiene a la mano, aprende de los demás, escucha consejos, y por lo tanto cuando triunfa, sabe bien donde está parado, y no se conforma. Sigue adelante.
7.-) Ser ambicioso
Hay por ahí algunas personitas que creen que la ambición es pecado. Que estúpidos, ese tipo de gente es la que se escuda en las religiones y quien sabe en qué otras cosas porque tiene miedo al éxito. La verdad es que para triunfar se debe de ser ambicioso, querer cada vez más y más. Es más, se puede ser ambicioso en lo espiritual. Querer conocer más a Dios es un tipo de ambición, así que eso no debe de estar peleado. Pero regresando al tema. Si quieres ser millonario y deseas ambicionar dinero, está muy bien; si quieres ambicionar cultura, mujeres u hombres hermosos, un puesto de trabajo cada vez mejor, una mejor familia, está muy bien. Es bien sabido que la naturaleza del hombre es querer cada vez más y más. Los que ambicionan poco, los podemos considerar como gente débil, si no quieren ambicionar es porque tienen miedo a hacerlo o porque no creen en ellos.
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