Motivar a los empleados como forma de conseguir tanto los
ojetivos de la oranización como los objetivos individuales de cada miembro es
algo que se hace cada vez más necesario.
No hace mucho, el Council of Communication Management de los
Estados Unidos realizó una encuesta que confirmó lo que casi todos los
empleados sabían desde hacía mucho tiempo y es que el reconocimiento a un
trabajo bien hecho es el mejor incentivo para el buen desempeño del empleado.
Muchas empresas, no comprenden aún el gran potencial que
tiene el reconocimiento y las recompensas para alcanzar las metas de la propia
compañía y para lograr un mejor clima organizacional y no lo promueven.
Otras conocen dichas potencialidades, pero creen que los
empleados sólo apreciarán las recompensas y formas de reconocimiento que se
reflejen directamente en su bolsillo como los aumentos de sueldo o ascensos.
Aunque el dinero es importante lo que realmente tiende a
motivar su buen desempeño es aquel reconocimiento de tipo personal que expresa
verdadero aprecio por un trabajo bien hecho. En otras palabras, para dar
reconocimiento, en ocasiones, no se requiere invertir ni un solo céntimo.
Existen dos tipos de reconocimientos: Los formales e
informales. Cuando hablamos de los formales nos referimos a aquéllos que forman
parte de un programa predeterminada de la empresa. Mientras que las informales
son las otorgados por iniciativa del gerente sobre la base del desempeño.
Sin embargo, ya sean recompensas formales e informales, el
gerente debe seguir unas pautas para reconocer eficazmente la labor de los
empleados las cuales son:
Adecuar la recompensa a la persona.
Para que la recompensa tenga el potencial debido se requiere
que resulte verdaderamente satisfactoria para el trabajador. Tales recompensas
pueden ser públicas o privadas, y pueden consistir en regalos o actividades.
Adecuar el premio a lo logrado.
Es importante, para que el refuerzo sea eficaz, tener en
cuenta cuánto significa lo que logró el empleado. En otras palabras, es
necesario valorar el tiempo y esfuerzo que invirtió el colaborador. Un empleado
que concluye un proyecto en el cual invirtió dos años debe ser mejor
recompensado que otro al cual le tomó sólo un rato terminar determinada tarea.
Ser oportuno y específico.
El reconocimiento y las recompensas deben ser otorgadas tan
pronto como sea posible después que se logre el desempeño o el resultado
esperado, ya que si se demoran semanas o hasta meses pierden el impacto
motivador que se quiere. Además, es necesario ser específico. Es decir, se debe
indicar el motivo de la recompensa. Es decir, se debe colocar el logro dentro
de un contexto.
fuente:delcampovillares.com
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