La verdad es
que la medianoche de ayer no quería
despertarme para caer en la cruda e injusta realidad de la salida de RCTV
Internacional de las operadoras de Televisión por Cable Venezolana.
Y les
confieso que a esta hora es que me estoy sobreponiendo emocionalmente, a esa
desgraciada realidad.
Sin
embargo, recapacité y recordé que sobre
lo único que una dictadura o sistema opresor no puede controlar en cualquiera
de nosotros, son las decisiones y
actitudes que tomemos sobre nuestros pensamientos y emociones, ante la
realidad.
Así que lo
primero que hice en la mañana fue preparar un buen desayuno y ponerme a
redistribuir los espacios de mi estudio, botar un pocotón de cosas que sólo son
basura, pero como no tenía necesidad de espacio hasta ahora, permití tener durante
mucho tiempo sin ningún tipo de acción por mi parte.
Luego
cuando estaba llevando a mi hijo y a su amigo a una práctica de la banda que
están formando, llamé a mi hermana y me dijo algo que realmente me sorprendió
gratamente, me dijo Carolina, "no podemos darnos el lujo que nos bajen el
nivel de esperanza, ni alegría que sentimos cuando marchamos ayer, con tanta
gente unida por un cambio positivo y posible para nuestro país". Esta es
un arma que el innombrable régimen hace
para bajarnos el ánimo, y que yo creo que lo que está buscando es alguna tonta
excusa para montarnos en un estado de excepción y eliminar las tan temidas (por
ellos) elecciones parlamentarias... ya que saben el rotundo fracaso del que
serán objeto.
Es por lo
tanto un deber para mí como ciudadana, madre, ejecutiva y amiga, auparles a que
no se desanimen, que no perdamos el norte; el cual se focaliza en salvar
nuestra sociedad y país de la mediocridad. Juntos podemos lograr que nuestra
querida Venezuela vuelva a ser un pais con seguridad, agua, luz, progreso,
libertad, desarrollo y sobre todo que sea un país en donde los venezolanos nos
ayudemos unos a otros, así como ya lo estamos aprendiendo a hacer en el
exterior o mejor de lo que lo hemos hecho en otras épocas.
Nuestro
caso País amerita la fórmula que me encanta del éxito, la cual es: tener las
metas claras, implementarlas con mucha pasíón y sobre todo con la constancia
necesaria (que premia a todo esfuerzo). Cada venezolano debe estar claro que lo
que creamos en nuestra mente y corazón, es lo que crearemos y estamos creando
como realidad.
Es por ello
que los invito a concentrarse en lo bueno que desean, que sientan la esperanza
firme que podrán lograrlo y que pongamos todos un granito de arena en todos
nuestros ámbitos, para que la excelencia, la calidad, la efectividad, el
respeto y los resultados exitosos, sean la orden del día y la filosofia de vida
a exigir y ofrecer a nuestro amado país.
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