En este
articulo vamos a explorar como una vez más el amor nos puede cegar de tal
manera que muchas veces lastimamos los sentimientos de otras personas sin
querer, por medio de la indiferencia y el rechazo que nos hace cometer la
“felicidad temporal” y algunas veces la falsa creencia que nuestra actual
relación nunca terminara, que siempre será eterna y que nada cambiara, cuando
de repente se acaba junto a nosotros y nuestros sueños.
Nota: Trate
de sintetizar (resumir) el articulo lo mas que pude pero al parecer voy a tener
que separarlo en dos partes, hoy publicare una experiencia personal relacionado
al tema y dentro de unos días publicare la segunda parte con consejos y
detalles. Espero y les guste y si así fue,
favor de compartirlo con sus amigos usando Facebook, Twitter o
simplemente subscribiéndose a nuestra lista de correo, y no se olviden de dejar
sus comentarios al final de este articulo.
He aquí una
historia personal.
En el
verano del 2009, había decido tomar clases extras para así apresurar mi carrera
de computación en la Universidad, me encontraba muy entusiasmado con la idea,
sobre todo porque la que fue en aquel entonces mi novia también iría a tomar
clases en verano. Nos habíamos puesto de acuerdo para los horarios fuesen
similares y así poder pasar más tiempo juntos. Mi relación iba de maravilla, no
exageraría al decirles que era una relación única, casi perfecta, éramos el uno
para el otro, de vez en cuando discutíamos pero nunca nos faltábamos al
respeto, ella era una chica linda, inteligente, comprensiva y demasiada
bondadosa, en otras palabras era todo lo que buscaba en una persona.
Pocos días
antes de que se terminaran las clases de verano, mi maestro de computación nos
empezó a dejar salir a mí y a mis otros compañeros de clase 15 minutos antes
del final de la lección, claro una vez que habíamos terminado la tarea, minutos
los cuales sin duda alguna aprovechaba al máximo para esperar en un sofá muy
cómodo que había en aquel edificio de Ciencias y Matemáticas a mi novia, ella
aun se encontraba en su clase de matemáticas.
Un día
mientras esperaba a mi novia, una chica muy linda de acento europeo de repente
se acerco a mi lado. ¿Puedo sentarme? Pregunto la muchacha, algo sorprendido le
respondí que sí, que no había ningún problema, aunque la verdad no estoy seguro
si le respondí que si por cumplir o si en el fondo realmente quería que se
sentara a mi lado, sea como sea ya le había respondido como para arrepentirme.
Minutos después saque un libro y empecé a pretender que estaba leyendo aunque
he de confesar que lo hice para salirme de aquella situación algo incomoda con
esta muchacha quien miraba de un lado para el otro queriendo iniciar una
conversación hasta que lo hizo. “¿Como te llamas? Sabes… haces una linda pareja
con tu novia“, demore unos segundos en responderle, y cuando lo hice solo le
dije “Gracias” y de inmediato me puse de pie y fui a esperar a mi novia al
carro, ya una vez en el carro, por alguna u otra razón empecé a pensar en
aquella muchacha y recordé que le había dado las gracias pero no le había dicho
mi nombre.
Al día
siguiente un día Viernes, el maestro de computación nos volvió a dejar salir
temprano, esta vez más temprano aun, no sé si fue porque era fin de semana o
porque esta vez habíamos terminado más rápido la tarea. Pensé un momento en
regresar al mismo sitio a esperar a mi novia pero algo me tuvo, no sé si fue el
volver a encontrarme con esa muchacha o si tal vez dentro de mi quería volver a
verla, así que me detuve por un momento y recordé que los fines de semana no
vienen muchas personas a la Universidad. Entrando a la puerta del edificio, veo
a la muchacha parada con unos libros en la mano ¿destino o simple coincidencia?
no lo sé, pero lo que si se es que por un segundo pensé en cambiar de dirección
pero ya era muy tarde, ella ya me había visto.
Una vez
dentro del edificio, me senté en el mismo lugar y esta vez la
muchacha de
acento europeo no me pregunto si se podía sentar a mi lado o no, simplemente lo
hizo y me dijo que solo quería conocerme, que siempre me veía en la
Universidad. En aquel momento no sabía cómo reaccionar, no sabía si ignorarla,
volver a irme o si seguir la conversación pero lo pensé muy bien y se me cruzo
por la cabeza la idea de que podría de alguna u otra manera conocer a mi novia
así que le dije que recordara que tenia novia y que por favor no me hablara
mas. La muchacha con lágrimas en los ojos se paro sin decir una sola palabra y
se marcho.
Al
siguiente mes, mi novia decidió terminar conmigo, no por aquella muchacha si no
por otras razones, pasaron varios meses mas y por más que intente encontrar a
aquella chica de acento europeo que me había ofrecido su amistad, nunca más
apareció. Ahora, varios meses después de lo sucedido me doy cuenta que tan
fácil es hacer sonreír a alguien pero también lo fácil que es lastimar.
Reconozco que en el fondo lastime e hice llorar de una manera quizá
inconsciente a una persona que alguna vez se intereso en mi o que tal vez solo quería una amistad, a una persona que en
el fondo he de aceptar que me agra



Comentarios
Publicar un comentario