Escuché una anécdota
sobre tres hombres de negocios que comparaban ideas acerca de lo que
significaba tener éxito.
Diría que lo
alcancé—dijo el primero—, si fuera llamado a la Casa Blanca para una entrevista
personal y privada con el presidente de los Estados Unidos.
—Para mí—dijo el
segundo—, el éxito sería estar reunido con el presidente en el Salón Oval, que
suene el teléfono para emergencias y ver que el presidente lo ignora.
—No, los dos están
equivocados—dijo el tercero—. Eres un éxito si estás en una consulta privada
con el presidente, suena el teléfono de emergencias, él lo levanta y dice: «Es
para usted».
El problema de muchas
personas sin éxito es que se toman demasiado en serio.
Piensan del éxito en
la misma forma que las personas de la anécdota. Pero el éxito depende más de su
actitud que de lo importante que piensa que usted es.
La vida debería ser
divertida. Aun si su trabajo es importante y deba tomarlo en serio, eso no
significa que usted se tome en serio.
Irá más lejos en la
vida y lo pasará mejor al hacerlo si mantiene un buen sentido del humor,
especialmente cuando se trata de usted mismo.
No se tome tan en
serio. Hay personas que no se toman un momento en el día para reír, disfrutar
del niño jugando con él, leer algo que no tenga que ver con sus compromisos,
disfrutar de su pareja tomando té o café. Éxito es saber caminar en la vida,
sabiendo a donde vamos y en el trayecto, pararnos para reír un poco, tomar más
oxigeno, eleva una oración y abrazar al que está a nuestro lado.
Te invito a que hagas
tu reflexión y saques tus propias conclusiones.
Sitio de: Ricardo
Torres G.

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