El Dinero Y El Éxito

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Autor: Juan Sebastián Celis Maya

Es prácticamente imposible ser feliz, alcanzar la plena autorrealización y llegar a nuevos niveles de vida y bienestar, sin dinero.

Y todo esto, simplemente porque así es como funciona el mercado hoy en día. Esta es la manera como la sociedad llegó a programarse con el tiempo.

No es nada que yo me haya inventado, ni un capricho de algunos cuantos: Es simplemente que el dinero, es el motor del progreso hoy en día.

Algunos dicen que no se puede comer dinero, que el progreso debería estar basado en las tierras. Y la verdad es que como sociedad, hemos evolucionado y hemos llegado a un punto más óptimo en todo este tiempo de vida.

La persona PROMEDIO de hoy, vive mejor que los REYES de hace 400 años.

Tienen menos plagas, se enferman menos, viven más años, cuentan con mejor alimento y bebida, pueden ver a sus seres queridos con un par de clicks y a través de un dispositivo, tienen mejores medios de transporte, y por si fuera poco, acceso a una gran parte de la información mundial.

Las personas hoy tenemos cómo aprender cualquier cosa gratis, tenemos una plataforma con billones de videos, un sistema que encuentra lo que buscas en menos de una décima de segundo, y contamos con electricidad en nuestros hogares, para hacer de la noche, un momento más ameno.

Y todo esto, no hubiese sido posible, de no haberse creado un sistema en el que la gente pudiese intercambiar fácil y rápidamente valor con otros. Un valor genérico, comercial, cuya apreciación fuera absoluta y no relativa.

Un concepto que diera equidad a los trueques realizados día tras día.

Lo que pasó –como era de esperarse— es que algunas personas adquirieron mejores habilidades que otras para obtener más valor y más dinero.

Algunos pocos incluso fueron más allá, y se las arreglaron para ganarlo sin brindar nada a cambio (robar).

Pero en general, el progreso que ha dado el dinero al mundo (no tanto el dinero, sino más bien la forma como la sociedad se ha desempeñado gracias al mismo) ha sido explosivo.

Y con la era de la información en pleno auge (y cosas como transacciones monetarias online), es inevitable pensar en todo está cambiando para mejorar.