Una de las
tácticas más beneficiosas y productivas para cualquier ámbito de nuestra vida,
es tener la capacidad de sorprender positivamente a quienes nos rodean.
Y sólo
podemos causar sorpresa cuando hemos estado observando conscientemente como es
nuestro actuar y sentir cotidiano, conscientes de nuestros niveles de empatía,
vigilantes con una vista innovadora. Siempre podemos mejorar lo bueno, y mucho
más aquello que no sea tan bueno.
Practiquemos
la observación, la apertura, la creatividad y la pasión por implementar las
mejoras que deseamos lograr, desde nuestro propio liderazgo personal. Más allá
de lo que esperan los demás de nosotros o nuestros desempeños laborales,
debemos encender la llama de la sorpresa.
Se imaginan
si van a una tienda y le atendieran como si ustedes fuera a comprar la tienda
entera?, se imaginan si le aclararn una duda con una sonrisa y un tono de buen
servicio. Imagínense si recibieran un mensaje de agradecimiento por algo
cotidiano que ustedes consideran es su deber..... nada más leyendo estos
ejemplos, les aseguro que su imaginación voló y sus corazones latieron con más
poder.
Las
sorpresas debemos implementarlas; aquellos quienes estamos comprometidos con
nuestras vidas, aquellos que no nos conformamos con lo mediocre o lo
suficiente. Es necesario que en este momento histórico seamos artífices de
miles de sorpresas, en primera instancia en nuestro mundo personal, y
transferir la sorpresa y sus cosechas a nuestro círculo de amistades,
profesiones y negocios.
Es
necesario retomar nuestro mejor lado, para honrar nuestra humanidad. Es
necesario vibrar en la compasión, la alegría y el compromiso por regalarle
esperanza al mundo, a nuestras vidas y dejar un legado que permita a las
futuras generaciones interactuar desde el respeto, la gratitud y los verdaderos
valores.


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